miércoles, 25 de noviembre de 2020

Deseos de cosas imposibles

 




Se acerca la Navidad, qué bien, qué felicidad, esa época maravillosa y tremendamente absurda en la que todos somos estupendos, buenos por naturaleza, y deseamos al prójimo felicidad, alegría, salud y bla, bla, bla…. Y vamos a los comercios, a las librerías, a las tiendas de música y regalamos esto y lo otro…. Pues ya estoy harta, pero harta. Este maldito año ha sacado lo peor de mí y mientras no exista vacuna que lo remedie voy a ser mala… o mejor, mala no, voy a ser yo misma. Así que a todos los que se hayan comportado conmigo de manera normal, que fue la mayoría, les voy a desear salud y trabajo y al cabrón de mi ex, que después de tres años diciéndome que me quería me ha mandado a tomar por saco, además de la salud y el trabajo le voy a desear que algún día llegue a querer a alguien como yo le quise a él (dudo mucho que sea capaz) y que le hagan sufrir todo lo que él me ha hecho sufrir a mí, para que compruebe lo bien que se pasa. Ya sé que no me va a servir para nada, pero me voy a quedar tan a gusto que hasta brindaré con champán. Ya luego en las Navidades del 2021 volveré a ser hipócrita si eso.

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