miércoles, 22 de septiembre de 2021

QUE ME SALGO

 



(Relato sobre un grupo de whatsapp)


Nunca me han gustado los grupos de whatsapp. Me ponen nerviosa, me producen ansiedad, me llenan de una inquietud extraña, algo así como... como... no sé, como si tuviera urticaria en el cerebro, por decir algo. Precisamente por eso los tengo todos silenciados, no quiero saber nada de las tonterías que dice la gente y es que esto de los grupos es la reoca. Los grupos tienen su lógica, o deberían tenerla, grupo de manualidades, por ejemplo, pues lo normal es que sus componentes lo utilicen para hablar de eso, de manualidades, pero no, se dedican a mandar lo que se les ocurre, fotitos románticas con frases estúpidas, gifts picantes para revolucionar la calentura del personal, en fin, un desastre. Así que cuando las mamás propusieron crear un grupo de eso, de mamás de niños que van a tercero de infantil del colegio X, me negué rotundamente, era lo que me faltaba, un montón de histéricas protestando por todo, conmigo que no contaran. Pero me salió el tiro por la culata, mis reticencias fueron en vano. Hicieron el dichoso grupo y me metieron en él contra mi voluntad y cuando me salía, enseguida alguien me metía de nuevo, no sé quién, ni cómo, pero así era. Al final no me quedó más remedio que claudicar. Lo silencié, como hacía con todos los demás, y lo miraba poco, más bien nada. La verdad es que durante todo el curso estuvieron bastante tranquilas, era como la calma que precede a la tempestad, porque hubo tempestad y gorda.

Unos días antes de que finalizaran las clases, Carlos, mi hijo, me dijo no sé qué de un regalo a la maestra. Como no se explicó muy bien, esta vez sí, cogí el teléfono y desaté la furia. Transcribo el diálogo:

YO.- Me ha dicho Carlitos que se ha hablado de comprarle un regalo a la profesora. ¿Es así?

MADRE DE KATIA.- Así es, se comentó el otro día a la salida de clase. Es que es tan maja...

YO:- Ya, pero por muy maja que sea no veo por qué se le tiene que regalar nada, ella solo está haciendo su trabajo, a mí por hacer el mío como es debido no me dan ningún obsequio.

MADRE DE KATIA.- Ya... bueno... fue lo que se habló... no sé.

MADRE DE ERIK.- Solo son 20 euros, bueno eso fue lo que se acordó, poner 20 euros por niño, tampoco es tanto.

YO.- Si no es por el dinero, simplemente es que a mí esos regalitos no me parecen de recibo.

MADRE DE LUIS.- Le compré un marco de plata grabado para que ponga una foto con los niños. Le quedará un recuerdo precioso.

MADRE DE JESÚS.- ¿Cómo que le compraste? No se había decidido nada todavía.

MADRE DE ROSALÍA.- ¿Qué recibo hay que pagar Marta? (Esa soy yo, Marta) ¿Quedó algo pendiente?

MADRE DE LUIS.- Bueno, como dije que me encargaba yo de la compra, lo vi, me gustó y se lo cogí, eso sí, subió un poco más, hay que poner 35 euros por niño.

MADRE DE ROSALÍA.- ¿Un recibo de 35 euros? ¿De qué? Yo no me entero.

MADRE DE PEDRO.- ¿Pero se había decidido comprar un marco?

MADRE DE CORAL.- ¿Y por qué es tan caro? ¿Tiene incrustaciones de diamantes o algo así?

MADRE DE LUIS.- Diamantes no, pero tiene unos cristales de Svarosky, por eso subió tanto, pero vaya, si no estáis de acuerdo se devuelve y ya está.

MADRE DE CORAL.- No es eso, es que no deberías haberlo comprado sin consultarnos antes a las demás.

MADRE DE ERIK.- Y son 15 euros más de lo acordado... que yo tengo que pagar el seguro del coche este mes, me viene fatal.

MADRE DE KATIA.- Con 15 euros no pagas el seguro maja. Vaya excusa más tonta.

MADRE DE ERIK.- Ese es mi problema. O me vas a arreglar tú mi economía, era lo que me faltaba.

MADRE DE NOELIA.- Susana (esta es la madre de Luis, la que por su cuenta y riesgo compró el marco) te has pasado tres pueblos, conmigo no contéis. Además yo pienso como Marta (yo) qué regalo ni qué narices.

MADRE DE JULIA.- ¿Qué le pasa a las narices?

MADRE DE BERTA.- ¿Qué pasó? ¿Alguien se contagió de coronavirus o qué?

MADRE DE LUIS.- ¿Sabéis que os digo? Que os den a todas.

MADRE DE ROSALÍA.- O sea que a las que participamos en el regalo nos dais un recibo ¿no?

MADRE DE JULIA.- ¿Qué regalo? ¿No estaba alguien malo de las narices?

MADRE DE BERTA.- Pero entonces ¿qué es? ¿un simple resfriado o coronavirus?

MADRE DE KATIA.- ¿Coronavirus? ¿Pero no estábamos hablando del regalo?

MADRE DE BERTA.- ¿Qué regalo?

MADRE DE JULIA.- Pues vaya jodienda, ahora que se acaba el curso cuarentena ¿Quién se contagió?

MADRE DE ROMÁN.- Buenas tardes ¿de qué va el tema?

En ese punto me salí del grupo, de ese y de todos, por si acaso. Mi mente sentía que no era capaz de soportar más conversaciones de besugos. Ahora estoy tranquila. Por cierto ¿en qué quedaría lo del regalo?