-Mis padres tenían
una pensión muy famosa en Madrid, en Lavapies, en pleno Madrid
castizo. No había viajero que estuviera de paso por el barrio que no
parara en aquella pensión. Corría el año 39, recién terminada la
guerra, cuando ocurrió todo. La culpa fue mía, lo admito, pero yo
era muy niña y entre que no distinguía bien una cosa de otra y que
aquel fluorescente no alumbraba como Dios manda, pues en lugar
de sal, le eché sulfato de amonio a la tortilla. La que armé.
Murieron seis huéspedes, todos los que cenaron aquella noche. Dio la
casualidad de que los seis eran comunistas y a nadie pareció
importar su muerte. Las autoridades no dijeron ni mu. Yo tampoco. Mis
padres nunca se explicaron qué había ocurrido. Nadie lo sabe y yo
ahora te lo cuento a ti porque no quiero llevarme este secreto a la
tumba.
Mi abuela tenía
demencia senil y cuando me contaba esa historia yo no sabía si era
real o inventada. Murió hace dos días y este mañana he ido a la
hemeroteca a investigar. Y sí, el 24 de Noviembre de 1939, fueron
detenidos a la puerta de una pensión en Lavapies, seis peligrosos
comunistas a los que se les dio captura y posteriormente garrote vil.
No sabía yo que al sulfato de amonio por aquel entonces se le
llamara garrote vil.
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